Cultivar una sexualidad sana y positiva es sumamente importante en el desarrollo de todos los seres humanos. Un enfoque positivo de la sexualidad es fundamental para la satisfacción personal. Aceptar que somos seres sexuales y tenemos derecho a sentir placer, también forma parte de nuestro bienestar.
La sexualidad es inherente al ser humano, va más allá de la reproducción e incluye más que elementos de comportamiento. A nivel psicológico, la represión de este hecho suele tener un impacto negativo emocional, y socialmente, reduce significativamente nuestra autoestima, lo que podría generar temor, desconfianza e inseguridad.
Una persona sexualmente sana y que expresa de manera positiva su sexualidad, se adapta a los cambios en su capacidad sexual que se imponen con los años y además se permite disfrutar sexualmente, de manera libre, consecuente y responsablemente.
Existe muy poca información acerca de la influencia de la sexualidad en el bienestar psicológico. Aunque según un estudio de Carrobles (2011), se podría afirmar que la satisfacción sexual y una sexualidad sana son importantes para el bienestar psicológico y subjetivo.
Elementos básicos de la salud sexual
Parte de salud sexual también es tener una visión positiva de la sexualidad. La OMS elaboró una lista con 3 elementos básicos de la salud sexual que las personas sexualmente sanas presentan en sus conductas:
1. Aptitud para disfrutar de la actividad sexual y reproductiva, y para regularla con una ética, personal y social.
2. Ausencia de temores, sentimientos de vergüenza y culpabilidad, de creencias infundadas y de otros factores psicológicos que inhiban la reacción sexual o perturben las relaciones sexuales.
3. Ausencia de trastornos orgánicos, enfermedades y deficiencias que afecten a la actividad sexual y reproductiva.
Y recuerda que la información nos empodera, la sexualidad sin educación sexual es un riesgo. Edúcate para vivir una sexualidad sana y positiva.
Por eso: abre tu mente, infórmate y aprende.

Escrito por: Desestructurada sexualidad – Paola V. Coello